viernes, 27 de marzo de 2009

PAPÁ, ¿POR QUÉ SOMOS DEL ATLETI?

Soy una canción de amor en una ciudad de violadores clericales, de presos entre voces, de burbujas en la noche. Soy el re bemol con que empieza la canción de tus días de autostop, y me meriendo los becuadros cual becarios. Como dijo el génesis de nuestra gélida partitura, la clave es el sol, eterno halo de esperanza al que cada día impar acuso de hacer brotar bajo mi pecho dulces aires de alegría. Como diría un pajarito... I'm just glad. Lucho ante la patrullante mirada de las farolas cotillas cotidianas, todo sea por ganarme el cotizado llanto de alegría de la luna en su camastro de seculares manuscri-tos en desorden absoluto. "Tengo un sueño, ¿participas?" dije. "Lo siento, ahora no. Tengo un sueño..." contestó. Será mejor así... Sólo tengo miedo de una cosa: contraer el Síndrome de "Mentiras y Gordas", vender macedonias de productos sin nexo alguno ni atisbo de reflexión o clase, una compota de brillantes, exóticas y coloridas frutas podridas por dentro. De nuevo me asalta el eterno conflicto, la perpetua disyuntiva , el dilema imperecedero entre el bien y el mal, el ying y el yang, forma o contenido, Quevedo o Góngora...





- 9 días en Marruecos: 330€

- Ruta por el Desierto hasta el Oasis de Tozra: 30€

- Llegar a la noche a una jaima gigantesca donde te espera el banquete de una fiesta bereber: no tiene precio.



...para todo lo demás, Madeleine.

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